El sonido del cencerro aleja a los transeúntes de tu paso. Míralos: hombres erguidos como robles, muchachas que enseñan las piernas desnudas, suaves al roce que tus manos infantiles desconocen. Y los niños, los guapitos inocentes, retrato de sus padres. Observa sus ojos: aparta el espanto que les produces y permanece el odio; desecha el […]
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