Es una barca cualquiera, flotando sobre un mar cualquiera, con destino incierto y una duda paquidérmica, tan absurda como esperanzadora, a bordo. Un hombre, se dice que se llama Orlando, impulsa la barca con un par de remos. Sus brazos son delgados, más acostumbrados a deslizar páginas, a levantar una taza, que a sumergir dos […]
Página anterior Siguiente página